sábado, 4 de febrero de 2012

"Grandes esperanzas", de Charles Dickens

Para comenzar con la celebración del 200 centenario de Charles Dickens (este año voy a leer al autor inglés como si no hubiese un mañana) me he deleitado con la maravillosa "Grandes esperanzas". Urrrr ¡Un escalofrío me recorre desde la punta de mis bigotes hasta el último pelo gris de mi cola! El pequeño y huérfano Pip es zarandeado por la vida de una manera cruel e injusta, solamente encuentra consuelo y calor en Joe, el marido herrero de su terrible hermana. Un acontecimiento en los marjales con visos de las más monstruosa de las pesadillas y la bienvenida al mundo putrefacto de una fantasmal protectora, marcarán para siempre el destino del pobre desgraciado. Pip sueña con el mundo elegante y convertirse en un señorito, apartarse de la tosquedad campestre. Pronto descubrirá el valor de la sencillez de corazón, de la honestidad y de la amistad. 


En "Grandes esperanzas" la magistral pluma de Dickens asombra porque la trama es tan, tan redonda, y los personajes tienen un calado profundo en el lector, lo que se debe sin duda al genial retrato. He llorado (la amistad de Pip y Herbert), me he reído (todos los cara a cara del Sr. Jaeggery) y también me ha hecho recordar la imaginación fantástica que tenemos de pequeños y que cubre con un halo de maravilla/terror los acontecimientos, y también,  sobretodo, en la capacidad infantil de sentir la injusticia.



         ¿El calor cercano y austero del hogar conocido o la vida de gran señor con sus lujos en la City?          
¿Somos dueños de nuestro destino?   

                                           
                                         Yo he leído esta edición tan majestuosa de Backlist.

No hay comentarios:

Publicar un comentario